A nadie le gusta mirarse al espejo y ver esos pequeños puntos negros marcando la nariz, la barbilla o la frente. Son molestos, llaman la atención más de lo que deberían y generan la sensación de una piel apagada, como si nunca estuviera del todo limpia.
Los puntos negros no distinguen edad ni género; aparecen en adolescentes, pero también acompañan a muchos adultos que cuidan su piel cada día sin conseguir eliminarlos del todo.
La pregunta es inevitable: ¿qué hacer con ellos? Se puede intentar sacarlos en casa con las manos (no lo hagas), tiras de poros o mascarillas milagro que prometen lo imposible. Sin embargo, casi siempre vuelven, a veces peor que antes. De ahí que surja una duda cada vez más común: ¿puede el láser sacar puntos negros?
La respuesta es que sí, el láser puede convertirse en un gran aliado, pero no actúa como una varita mágica que los hace desaparecer de golpe. Su papel es más inteligente: transformar el entorno del poro, regular el exceso de grasa y facilitar una extracción más suave, duradera y segura.
Para entenderlo mejor, conviene empezar por lo esencial: qué son realmente los puntos negros y por qué aparecen.
¿Qué son los puntos negros y por qué aparecen?
Los puntos negros, conocidos médicamente como comedones abiertos, son pequeños tapones de sebo y células muertas que se acumulan en la salida del poro. Cuando este tapón queda expuesto al aire, se oxida y se oscurece, adoptando ese color característico que tanto incomoda.
No son “suciedad acumulada”, aunque factores como la contaminación, el sudor o el maquillaje pueden empeorar su aspecto.
La diferencia entre un punto negro y un comedón abierto es mínima: el primero describe lo que se ve a simple vista, mientras el segundo es el término dermatológico. En cambio, los comedones cerrados o puntos blancos se notan al tacto como pequeños bultitos bajo la piel, más difíciles de extraer.
Hay personas que confunden los puntos negros con los filamentos sebáceos, esas finas líneas grisáceas que se ven sobre todo en la nariz. Estos no son patológicos, forman parte de la fisiología normal de la piel y siempre reaparecen, incluso después de una limpieza. El comedón abierto, en cambio, sí conviene retirarlo, porque no desaparecerá solo.
Factores como la producción excesiva de sebo, una renovación cutánea demasiado rápida, la microinflamación constante, el clima húmedo, los cosméticos oclusivos e incluso los cambios hormonales facilitan que los puntos negros se multipliquen. Por eso, más allá de limpiarlos, es importante regular las condiciones que los originan.
Métodos tradicionales para sacar puntos negros
Durante décadas, la extracción manual ha sido la técnica más utilizada. Un profesional prepara la piel con productos emolientes que suavizan el tapón, desinfecta la zona y, con la ayuda de un lazo extractor, aplica la presión justa para vaciar el comedón sin dañar el tejido. Cuando se hace bien, el resultado es inmediato: el poro se libera y la piel respira mejor.
El problema surge cuando se intenta hacerlo en casa. Apretar con las uñas suele inflamar la piel, romper la pared del poro y empujar el contenido hacia capas más profundas, dando lugar a granitos rojos, cicatrices o incluso manchas. La extracción casera improvisada es uno de los caminos más cortos hacia una piel con marcas permanentes.
En el caso del punto negro enquistado, la dificultad aumenta. Aquí el tapón está cubierto por una fina capa de piel y no sale con la presión habitual. Forzarlo solo provoca daño.
El protocolo correcto requiere combinar ácidos queratolíticos como el salicílico, una microapertura con lanceta estéril y una extracción muy delicada. En pieles con tendencia a formar comedones profundos, el apoyo de aparatología médica resulta clave para evitar recaídas constantes.
¿Puede el láser ayudar con los puntos negros?
El láser no extrae puntos negros como una aspiradora, pero sí prepara la piel para que la extracción sea más fácil y menos agresiva. Su acción va más allá del poro visible: regula el sebo, combate la bacteria Cutibacterium acnes, mejora la textura cutánea y disminuye la probabilidad de que vuelvan a formarse comedones.
Cómo actúa el láser en la extracción de comedones abiertos
En Alma contamos con tecnologías específicas que han demostrado eficacia en el tratamiento del acné y, por extensión, en el manejo de los comedones abiertos.
El sistema ClearSkin Pro del HarmonyXL PRo Special Edition, por ejemplo, combina un láser no ablativo Er:Glass de 1540 nm con succión y enfriamiento por contacto. Esta sinergia permite penetrar en profundidad para reducir la actividad de las glándulas sebáceas, destruir la bacteria P. acnes y, al mismo tiempo, aspirar impurezas.
La piel se siente más limpia y los poros, menos obstruidos. Muchos pacientes describen la experiencia como una ligera sensación de cosquilleo, bien tolerada y sin necesidad de tiempo de recuperación.
La luz pulsada AFT de 420 nm, otra tecnología de Alma que también encontramos en el mismo equipo, actúa sobre las porfirinas que produce la bacteria del acné. Al generar oxígeno singlete, destruye la colonia bacteriana sin dañar el tejido sano.
Los estudios muestran mejoras de hasta un 80 % en las lesiones inflamatorias tras un ciclo de sesiones, con resultados visibles en pocas semanas.
Ambas técnicas sirven para preparar el terreno: ablandan el tapón, reducen la inflamación y minimizan la recurrencia. Es como regar la tierra antes de plantar; el trabajo posterior resulta más fácil y fructífero.
No se trata de elegir entre láser o pinza, sino de combinarlos de forma estratégica. El láser prepara la piel, reduce el sebo, elimina bacterias y mejora la textura. La extracción manual retira el comedón visible con precisión. Juntos ofrecen el mejor resultado.
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¿Qué ventajas tiene frente a la extracción manual de puntos negros?
El láser aporta beneficios que la extracción convencional no puede ofrecer por sí sola. El primero es el menor trauma. Al suavizar el contenido del poro, la presión necesaria para vaciarlo es mínima, lo que significa menos riesgo de marcas y posibles cicatrices de acné.
Además, el tratamiento mejora la textura general de la piel, no solo el comedón aislado.
Otra ventaja es la durabilidad. Al modular la producción de sebo y eliminar bacterias, la frecuencia con la que vuelven a aparecer los puntos negros se reduce. La piel se mantiene más equilibrada y las limpiezas posteriores son más rápidas y sencillas.
También destaca la comodidad. En protocolos suaves, los efectos secundarios se limitan a un ligero enrojecimiento que desaparece en horas. No interrumpe la rutina diaria y ofrece una sensación de ligereza en la piel que los pacientes describen como “respirar mejor”.
¿Es doloroso extraer espinillas y comedones con láser?
El tratamiento con láser se percibe como una sensación de calor o pequeños chasquidos sobre la piel. En casos de mayor sensibilidad, se aplica una crema anestésica para garantizar confort. La extracción posterior resulta menos molesta porque el comedón ya no está tan compacto.
Los efectos secundarios más frecuentes son enrojecimiento leve y cierta tirantez, que se controlan fácilmente con hidratación adecuada y protección solar. Son señales normales de que la piel está respondiendo al estímulo.
Cuidados posteriores a la extracción de puntos negros
El tratamiento no termina cuando se enciende el láser o se extrae el comedón. El cuidado posterior es la clave para consolidar resultados y evitar recaídas.
– La limpieza debe ser suave, con un gel sin sulfatos que respete la barrera cutánea. La hidratación, constante, con fórmulas que incluyan pantenol, alantoína o ceramidas para calmar y reparar.
La fotoprotección es innegociable: un protector solar con textura ligera, no comedogénica y FPS 50+ evita que aparezcan manchas o irritaciones.
En cuanto a los activos más potentes, como retinoides o exfoliantes químicos, conviene reintroducirlos poco a poco, siguiendo la pauta del especialista. Forzar la piel en esta fase solo retrasa la recuperación.
Un buen mantenimiento incluye la aplicación regular de ácido salicílico en baja concentración para mantener los poros despejados. Más que una limpieza agresiva de vez en cuando, lo que marca la diferencia es la constancia diaria.

Aprende a realizar una rutina de Skin Care personalizada paso a paso.
Forzar un punto negro enquistado nunca será la solución. Lo seguro, lo que realmente funciona, es dejarlo en manos expertas, con la ayuda de tecnologías como las de Alma Médica, diseñadas para cuidar la piel de forma respetuosa y duradera. Porque la piel merece un trato que vaya más allá de la urgencia de sacar un comedón: merece un cuidado que la haga sentirse libre, fresca y luminosa cada día.